Los Canelones (del italiano cannelloni) son una pasta ancha de forma rectangular que se emplea a menudo en la cocina italiana para hacer platos con carne picada, verdura o incluso pescado en su interior, se suele enrollar formando un cilindro (de ahí proviene el nombre que en italiano significa «canalón»).
La invención (o perfeccionamiento) del canelón se atribuye al compositor Gioachino Rossini, de quien se dice que, además de tener muy buen gusto en su paladar, era un excelente cocinero. Los cannelloni alla Rossini originales eran rellenos de carne o pollo con foie gras, hongos o trufas y vino dulce y salseados con bechamel, queso parmesano y ralladura de trufa. Rossini afirmaba que comer y amar, cantar y digerir, eran los cuatro actos de la ópera bufa que se llama “la vida” y que se desvanece como la espuma de una botella de champán. Como gastrónomo y como cocinero practicante, Rossini defendió por encima de todo la trufa, a la que llamaba “el Mozart de los hongos”. Así pues, las preparaciones que llevan su nombre o que han sido dedicadas a él, van asociadas normalmente al foie gras y la trufa.
Según cuentan las crónicas de la época, Rossini acostumbraba invitar los sábados a dieciséis personas a cenar en su casa. Para la ocasión vestía una especie de sotana mientras los invitados debían vestirse de gala. Rossini ponía un gran esmero en el refinamiento de la puesta en escena de la mesa y en las especialidades culinarias que servía. El motivo principal de estas cenas era ubicar a su esposa Olimpia entre la sociedad de París. El príncipe Poniatowski, el Barón Rothschild, y el Barón Haussmann, que estaba cambiando la arquitectura de París, frecuentaban la mesa de Rossini además de intelectuales como Alejandro Dumas, Gustavo Doré, Verdí y grandes cocineros como Anthelme Brillast-Savarin y Careme, cocinero que trabajó para las grandes personalidades de la época y que se convertiría en el amigo del alma de Rossini.
Actualmente existen diversas versiones de canelones; rellenos con ricotta (requesón), jamón, carnes diversas o espinacas y salseados con salsa blanca y de tomate.
Fuentes: Wikipedia, http://ferransala.com/?p=875 y
http://epicureo.wordpress.com/2007/09/03/canelones-rossini/
INGREDIENTES:
– ½ kilo de carne magra de cerdo
– ½ kilo de pechugas de pollo
– 50 gr. de paté de higado
– 1 cebolla
– Aceite
– 3 o4 tomates
– Picada de ajo y perejil
– ¾ litro de leche
– 2 o 3 cucharadas de harina
– 40 gr. de mantequilla
– Pimienta negra
– Queso rallado
– 30 placas de canelones precocidas
ELABORACIÓN:
En primer lugar sumergimos las placas en agua caliente durante 20 minutos. Pasado este tiempo las sacamos y las colocamos sobre un paño limpio.
Mientras, troceamos la carne y la ponemos en una sartén con aceite. Añadimos sal y pimienta negra. Vamos removiendo de vez en cuando hasta que está lista. Entonces retiramos, picamos bien utilizando una picadora eléctrica y reservamos.
Cortamos finamente la cebolla y la pochamos en el mismo aceite utilizado para sofreír la carne. Cuando ya está bien pochada la cebolla incorporamos la carne que hemos picado y mezclamos bien. Vamos incorporando el paté, a pequeños trozos, y removemos hasta que quede perfectamente integrado.
Añadimos una cucharada de harina y un vasito de leche y removemos unos minutos. Probamos y rectificamos de sal si fuera necesario.
Ahora, ayudándonos con una cuchara, vamos colocando el relleno sobre las placas. Cuando lo tenemos bien repartido entre todas las placas procedemos a ir enrollándolas.
Después las vamos colocando en la bandeja, que previamente hemos engrasado con la mantequilla.
Una vez los tenemos todos colocados pasamos a elaborar la bechamel.
Para ello ponemos en una sartén un poco de mantequilla, incorporamos la leche y salpimentamos. A continuación, ayudándonos con un colador, vamos incorporando la harina (unas 2 cucharadas soperas) y, mientras, no dejamos de remover con unas varillas. Cuando empieza e espesar un poquito la bechamel ya está en su punto. Paramos el fuego y cubrimos todos los canalones con la bechamel.
Hacemos una salsa de tomate: Cortamos los tomates por la mitad, quitamos las pepitas y los rallamos, los ponemos en una olla pequeña en la que hemos calentado un poco de aceite, añadimos sal, pimienta negra y una picada de ajo y perejil y dejamos hacer a fuego lento.
Cuando la bechamel está fría distribuimos la salsa de tomate por encima, bien repartida.
Introducimos la bandeja en el horno precalentado a 180º durante 10/15 minutos. Sacamos, ponemos el queso rallado, mucho o poco según nos apetezca, y gratinamos 5 minutos.
Hemos acompañado estos deliciosos canelones con un buen y potente vino tinto, concretamente un “Secastilla” 2004, de la Denominación de Origen Somontano, de Viñas del Vero (Barbastro – Huesca), www.vinasdelvero.es, elaborado con uvas procedentes de viñedos muy antiguos de Garnacha y otras variedades complementarias.
Los pagos del «Valle de Secastilla» están situados en el extremo noreste del Somontano y reúnen un especial «microclima mediterráneo». La altitud relativa y su especial orientación hacen que sea una zona con muchas horas de insolación lo que favorece la maduración del fruto.
Bon profit,
Un plato de toda la vida que no gusta mucho a mi familia y a mi en todas sus versiones. Un aspecto magnífico.