La fresa es el fruto del fresal, una planta perenne de la familia de las Rosáceas (Fragaria vesca).
Las fresas silvestres son pequeñas y especialmente aromáticas y de ellas proceden las cultivadas, de origen americano, de tamaño mucho mayor y menos aromáticas, aunque de sabor también muy bueno.
El hombre ha consumido fresas salvajes desde tiempos inmemoriales por su buen aroma y sabor. Las primeras noticias se sitúan en Roma unos 200 años a.C. La fresa era un símbolo de Venus, la diosa del amor, por su forma de corazón y color rojo.
Los canteros medievales tallaron diseños de fresas en los altares y alrededor de los cabezales de los pilares en iglesias y catedrales.
No obstante, hasta el siglo XIII no se había hablado de sus propiedades medicinales y fue Ramon Llull el primero en recomendarlas para el tratamiento de gran número de afecciones y especialmente para combatir la anemia de las jóvenes y devolver la juventud a las mujeres maduras.
En Francia, las fresas empezaron a cultivarse en el siglo XIV. En España su cultivo es más reciente.
CURIOSIDADES:
– La fresa es la única fruta con las semillas en el exterior de la fruta.
– Ocho fresas proporcionan el 140% de la cantidad de vitamina C recomendada diariamente para los niños.
– Una taza de fresas tiene solamente 55 calorías.
– Hay un museo en Bélgica sólo para fresas.(http://www.museedelafraise.be )
– Linnaeus, el gran botánico sueco, recomendaba su consumo como tratamiento paliativo para la artritis, el reuma y la gota.
– Madame Tallien, una figura prominente en la Corte del Emperador Napoleón, fue famosa por bañarse en jugo de fresas frescas para aumentar su belleza.
INGREDIENTES:
Para 4 personas
– 400 gr. de fresas
– 50 gr. de mantequilla (aprox.)
– 50 gr. de azúcar (aprox.)
– Pimienta negra
– Media naranja (para zumo)
– Cointreau
– Helado de vainilla
ELABORACIÓN:
Lavamos las fresas y las cortamos por la mitad. Reservamos.
En una sartén ponemos la mantequilla y cuando empieza a fundirse añadimos el azúcar. Removemos un poco para que se mezcle bien.
Incorporamos las fresas y, a fuego suave, seguimos removiendo un par de minutos. Espolvoreamos con pimienta negra.
Ahora, agregamos el zumo de naranja y un chorrito de Cointreau. Aguantamos dos o tres minutos más y retiramos del fuego.
Servimos en una copa o plato una bola de helado de vainilla y le ponemos por encima tres o cuatro cucharadas de fresas.
Resulta una combinación excelente.
Bon profit!
Nunca lo he probado de esta manera pero las fresas me encantan. Para esta época de comilonas servirá para desengrasar un poco, a pesar del helado… Y si encima nos devuelve a la juventud…..