Varios siglos antes del nacimiento de Cristo, los huevos eran ingredientes esenciales en muchas recetas. Los fenicios, los griegos, y luego los romanos los consideraban muy saludables. Además de ser nutritivos, creían que eran beneficiosos para los problemas del hígado y los riñones, que incrementaban la fertilidad y eliminaban ciertos problemas del tracto urinario.
Los consumían de diferentes formas, pero los antiguos romanos copiaron la fórmula griega de mezclar huevos con leche y crearon una receta llamada Tyropatinam con huevos, leche y miel, que se cocinaba a fuego lento para cuajar los huevos y luego se servía espolvoreada con pimienta. El tyropatinam se menciona en la obra del poeta latino Fortunato (530-609 a.C.).
Ya en la Edad Media esta receta se hizo muy popular en épocas de Cuaresma cuando estaba prohibido comer carnes. Entonces surgió el «flado» (torta, objeto plano, en latín) de huevos cuajados en versiones saladas y dulces, con pescado, verduras y también frutas, queso y miel.
En Francia y España, la versión dulce del «flado» comenzó a servirse como postre, invertido, con una salsa de caramelo, y pasó a llamarse «flan» o «creme renversee au caramel», en el pueblo galo.
Llegó a América y Filipinas a través de la Conquista española, y hoy en día es uno de los postres más populares del mundo.
Fuente: http://www.abc.com.py/articulos/el-origen-del-flan-272427.html
INGREDIENTES:
– ¾ de litro de leche
– 5 huevos
– 5 cucharadas soperas colmadas de azúcar
– 5 o 6 cucharadas de azúcar (para el caramelo)
– Nata para montar (para el acompañamiento)
ELABORACIÓN:
En un recipiente ponemos la leche, las 5 cucharadas de azúcar y los huevos uno a uno. Batimos con la batidora y reservamos.
En una sartén ponemos las cucharadas de azúcar y removemos todo el tiempo hasta conseguir el caramelo líquido.
Repartimos el caramelo entre los moldes y luego los llenamos con la mezcla que teníamos reservada.
Una vez llenos, los colocamos en una bandeja de horno con agua (baño María) y los introducimos en el horno durante 35 minutos a 180º
Sacamos y dejamos enfriar. Una vez fríos los guardamos en la nevera hasta el momento de consumirlos.
Llegado el momento, desmoldamos y servimos acompañados de nata montada.
Con estas cantidades salen unos 8 o 9 flanes individuales.
Bon profit!
Realmente la foto dice: ¡¡¡Comemé!!! Y encima facilísimo.